Discapacidad intelectual

Romper el silencio sobre la sexualidad en la discapacidad intelectual, una cuestión de derechos y salud

Unos pies descalzos sobre el cesped

La sexualidad forma parte esencial de la vida de todas las personas. Sin embargo, cuando hablamos de personas con discapacidad intelectual, todavía persisten silencios, prejuicios y tabúes que limitan su bienestar, su autonomía y su derecho a vivir una vida plena. Abordar esta realidad de forma abierta, respetuosa y profesional es una responsabilidad colectiva.

Durante años, la sexualidad en la discapacidad intelectual ha sido ignorada o tratada como un tema incómodo. Este silencio ha generado desinformación, mayor vulnerabilidad ante abusos, dificultades para expresar deseos y emociones, y escasas oportunidades de recibir una educación sexual adaptada. Reconocer esta realidad es el primer paso para avanzar hacia una atención más humana y centrada en la persona.

Educar para proteger y empoderar

La educación sexual inclusiva es una herramienta clave de protección. Transmitir mensajes claros como “no es no” permite a las personas con discapacidad intelectual identificar límites, expresar incomodidades y reconocer situaciones de riesgo. Pero, además, refuerza su empoderamiento personal y su derecho a decidir.

Este proceso requiere también un compromiso firme del entorno. Cuando una persona dice “no”, su decisión debe ser escuchada, respetada y validada. El acompañamiento emocional y el apoyo profesional resultan fundamentales para evitar sentimientos de culpa, miedo o abandono al ejercer su autonomía.

Identidad, diversidad y respeto

Las personas con discapacidad intelectual pueden tener distintas identidades de género y orientaciones sexuales, como cualquier otra persona. Reconocer y acompañar esta diversidad es esencial para evitar discriminaciones añadidas y favorecer que cada persona viva su identidad con autenticidad, sin miedo ni vergüenza.

Hablar de género y diversidad forma parte de una educación sexual integral, basada en información accesible, escucha activa y entornos seguros donde poder expresarse libremente.

Acompañar, orientar y romper el tabú

Uno de los principales obstáculos sigue siendo el tabú social. El silencio genera confusión, miedo y, en ocasiones, comportamientos desadaptativos derivados de la falta de comprensión. Por ello, es imprescindible ofrecer guía, acompañamiento y espacios seguros donde hablar de sexualidad con naturalidad y respeto.

Las personas con discapacidad intelectual necesitan referentes adultos y profesionales formados, capaces de escuchar, explicar y acompañar sin prejuicios, entendiendo la educación sexual como una herramienta de bienestar y protección.

El compromiso de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi

En esta línea, Ospitalarioak Fundazioa Euskadi está implementando diferentes medidas para dar respuesta a estas necesidades. Por un lado, los equipos profesionales se están formando específicamente en sexualidad y discapacidad intelectual, con el objetivo de acompañar mejor a las personas atendidas y responder a sus dudas desde el respeto y el conocimiento.

Además, en colaboración con el Ayuntamiento de Arrasate, se ha puesto en marcha un programa específico de educación sexual que incluye sesiones grupales e intervenciones individuales. A través de este programa se ofrece orientación, psicoeducación y acompañamiento, favoreciendo una vivencia de la sexualidad saludable, segura y alineada con los derechos de cada persona.

Hablar de sexualidad en la discapacidad intelectual es hablar de derechos humanos, de dignidad y de autonomía. Romper el silencio es un paso imprescindible para construir entornos más justos, seguros y verdaderamente inclusivos.


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