Reflexionamos sobre afectividad y sexualidad en el proceso de rehabilitación

¿Qué tipo de cultura o modelo de sexualidad proyectamos desde el entorno clínico? Durante dos sesiones formativas —impartidas por la neuropsicóloga experta en sexualidad Ainhoa Espinosa—, profesionales de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi tuvieron la oportunidad de reflexionar sobre cómo integrar la dimensión sexual y afectiva en la atención a personas con diversidad funcional.
Varias personas escuchan a una ponente en un pequeño auditorio

Los pasados días 5 y 12 de mayo de 2025, tuvo lugar en la sede de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi en Mondragón la formación presencial “Sexualidad humana y discapacidad. Abordaje desde la clínica”, impartida por Ainhoa Espinosa, neuropsicóloga y psicóloga general sanitaria especialista en sexualidad. Esta formación se enmarca dentro de nuestro compromiso con una atención integral que contemple también aspectos emocionales, afectivos y concernientes a la intimidad de las personas que atendemos.

Aspecto central en la vida

La ponente comenzó recordando que la Organización Mundial de la Salud define la sexualidad como un aspecto central en la vida de los seres humanos. “Basada en el sexo, incluye identidades y roles de género, orientación sexual, erotismo, placer, intimidad y reproducción. Se experimenta o se expresa en forma de pensamientos, fantasías, deseos, creencias, actitudes, valores, conductas, prácticas, roles y relaciones. Si bien la sexualidad abarca todas estas dimensiones, no todas ellas son siempre experimentadas o expresadas por las personas. La sexualidad es resultado de la interacción de factores biológicos, psicológicos, socioeconómicos, políticos, culturales, éticos, legales, históricos, religiosos o espirituales”, explicó.

Desde un enfoque a la par humanista y clínico, Ainhoa Espinosa subrayó el “derecho a la sexualidad de todas las personas independientemente de sus características y derecho a una atención plena y segura para el profesional del cuidado”, así como la importancia de entender la sexualidad como una dimensión más de la vida, no solo centrada en el acto sexual, sino también en la intimidad, el deseo, los vínculos afectivos y la identidad.

Reflexionamos sobre afectividad y sexualidad en el proceso de rehabilitación

Modelo de afectividad inclusivo

Esta formación, dividida en dos sesiones de dos horas, ofreció una línea base de conocimientos sobre salud sexual humana con el objetivo de provocar una reflexión entre profesionales de los distintos equipos participantes, entre ellos los de las áreas de Área de Salud Mental y de Discapacidad Intelectual.

Ambas sesiones generaron un espacio de aprendizaje compartido, en el que se puso en valor la importancia de no dejar fuera del abordaje terapéutico la dimensión sexual de la persona. Los contenidos abordaron desde los cambios en la salud sexual ante una discapacidad y las posibles interferencias de la afectación neuropsicológica en la sexualidad hasta el impacto del entorno o diversas pautas de manejo, pasando por conceptos clave como la afectividad inclusiva.

Abordar estas cuestiones ayuda a mejorar la autoestima, las relaciones interpersonales y el bienestar general, aseguró la experta.

La formación desgranó aspectos fundamentales, como los modelos de sexualidad existentes, los mitos que aún persisten en torno a la sexualidad de las personas con diversidad funcional, el papel que juegan los equipos profesionales en su acompañamiento, incluida la importancia del respeto, la autonomía y la libertad individual en este ámbito, sin olvidar estrategias para acompañar desde el respeto y la escucha activa.

La formación, organizada por el Área de Psicología de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi y coordinada por su responsable, Ana Isabel Domínguez, permitió compartir dudas, romper tabúes y ofrecer herramientas para comprender y gestionar mejor esta dimensión vital que es la sexualidad.

Agradecemos a Ainhoa Espinosa su conocimiento y cercanía, la claridad y profesionalidad de sus exposiciones, y a quienes asistieron su implicación activa en este tipo de espacios orientados a la mejora de nuestra calidad asistencial y a una atención centrada en la persona más abierta e inclusiva. Seguimos trabajando para garantizar una atención integral, que contemple también las emociones, vínculos y deseos que configuran la vida en todas sus dimensiones. La buena acogida y participación activa en estas sesiones nos anima a seguir profundizando en estos temas en el futuro.

 


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