Asistimos a la celebración del Jubileo Hospitalario en la Catedral de la Almudena de Madrid

Ospitalarioak Fundazioa Euskadi (antes Aita Menni)
Salud mental | Discapacidad intelectual | Neurorrehabilitación y daño cerebral | Persona mayor
Actualidad
El pasado día 14, un grupo de Ospitalarioak Fundazioa Euskadi viajó a Madrid para participar en el Jubileo Hospitalario, una importante peregrinación dentro del Año Jubilar. El acto reunió a unas doscientas personas: pacientes, hermanas de la comunidad de Hermanas Hospitalarias, personas laicas, voluntariado y personal llegado de todos los centros de la Fundación Hospitalarias.
Bajo el lema “Peregrinos de Esperanza”, la celebración principal tuvo lugar en la Catedral de la Almudena de Madrid, presidida por el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid. Figura destacada dentro de la Iglesia, el cardenal Cobo visitó hace 11 años nuestro hospital junto a un grupo de jóvenes. Desde entonces, ha mantenido una relación cercana con nuestra comunidad, lo que hizo especialmente significativa su presencia y nuestra participación en esta celebración.
A la ceremonia asistieron también Alberto Martín, director general de la Fundación Hospitalarias, y sor María Rosario Iranzo, consejera de la Provincia, quien animó a los presentes a tener «un corazón samaritano siempre atento para salir al encuentro del que más lo necesita».
“Desde Euskadi acudimos una nutrida representación: 18 pacientes, junto con sor Rosario Añorbe y cuatro colaboradores. Todos vivimos con emoción una jornada que nos recordó el valor de caminar juntos desde la esperanza y al servicio a los demás”, nos cuenta Egoitz Zabala, coordinador del Servicio de Pastoral, Atención Espiritual y Religiosa.
Tras la ceremonia, el grupo se trasladó a Ciempozuelos, la casa madre de las Hermanas Hospitalarias, donde descansan sus fundadoras sor María Josefa Recio y sor María Angustias Giménez. Allí, junto al resto de peregrinos procedentes de los distintos centros de Fundación Hospitalarias de España, se celebró una jornada festiva y de oración que concluyó con una comida de fraternidad.
“Fue un acontecimiento en el que sentimos muy viva la herencia hospitalaria y el espíritu de los fundadores”, destacó nuestro coordinador de Pastoral.